sábado, 5 de abril de 2008

Aquellos momentos.


Yo también puedo y tengo derecho a enojarme.

Me puedo amurrar las veces que yo quiera, me puedo taimar y tener cara de poto cuantas veces se me dé la gana. Y no les tendría por que influir, si no molesto a nadie. Sé que ver caras no es lo mejor, pero si no les digo ninguna palabra desagradable, al contrario omito todo comentario que se me pueda ocurrir, sólo me doy media vuelta y me voy.


Y... ¿ por eso reclaman?, al contrario, no le hago mal a nadie, después cuando hago acto de presencia ya me he calmado, cambio la cara y les sonrío nuevamente. Eso podrían rescatarlo un poquito aunque sea.


Creo que me merezco mis momentos de idiotez, y pienso que todos se los merecen, también es una manera de desahogarse, ¿o no?, yo digo que SI.