Fui buena.

Mi reloj marca las 1:12 de la mañana, menos cuatro minutos -son los que tiene de adelanto-. Más que nunca me está desagradando la mayoría de las personas. Me da rabia el sólo hecho de escucharlas o verlas. Pero como intento madurar un poco, sólo un poco, hago el esfuerzo y coloco mi mejor cara, tampoco tienen la culpa de mi extraño carácter. Prefiero darme media vuelta e irme. Sin querer hay alguien que me acompaña y me dice casi adivinando mi pensamiento "ya me estaban hartando, vamos a comprar kapo mejor". Me alegro y emprendemos rumbo a comprarlo. Sin hacerle mal a nadie, sin tratar mal a nadie. Simplemente nos fuimos sin pronunciar palabra. Fue la buena acción de aquel día.